Si hay un electrodoméstico que ha ahorrado trabajo y tiempo en los
hogares, este es la lavadora.
Aquí te damos unos tips importantes que hay que tener en cuenta antes de
comprar una lavadora:
1.-El tipo de carga:
En el mercado existen lavadoras de carga frontal y de carga superior.
Las lavadoras de carga frontal
lavan mejor al tener programas de lavado más largos, y son más eficaces ya que
centrifugan más agua con lo que la ropa sale más seca. Además, se les puede
colocar encima una secadora con lo que se ahorra espacio en el hogar.
Como inconvenientes cabe destacar su valor superior y que son más
difíciles de llenar y vaciar si se tienen problemas de espalda.
Las lavadoras de carga superior
son algo más económicas, aunque emplean mucha más agua y electricidad. Los
modelos actuales están mejorando la función de lavado.
2.-La capacidad de carga:
La capacidad de carga son los kilos de ropa que una lavadora puede lavar
en cada lavado.
Actualmente existen en el mercado
modelos de uso doméstico de gran capacidad de carga, pero son más caras y
consumen más agua y electricidad, conviene elegir un modelo que se ajuste a
nuestras necesidades y procurar no realizar lavados a media carga ya que no
reducen a la mitad el consumo de agua y electricidad lo que supone un
despilfarro de recursos y un aumento en la factura eléctrica.
Tampoco conviene llenar al máximo
el tambor ya que la ropa se lava peor y se roza.
3.-La velocidad de centrifugado:
La velocidad de centrifugado se mide en
r.p.m. (revoluciones por minuto). Los modelos en el
mercado van desde las 400 a 1.800 r.p.m,
Un mínimo aceptable es de 700 r.p.m, Cuantas más r.p.m, más seca saldrá
la ropa, pero mayor el precio a pagar.
4.-El consumo de electricidad:
La mayor parte de la energía que consumen (entre el 80 y el 85%) se
utiliza para calentar el agua, por lo que es muy importante recurrir a los
programas de baja temperatura.
Las lavadoras están sometidas a la normativa sobre etiqueta energética,
que detalla el consumo de electricidad tanto en el lavado como en el
centrifugado y el consumo de agua por cada ciclo de lavado.
En la etiqueta se informa del nivel de eficiencia energética del aparato
con respecto al tipo estándar mediante una clasificación con letras de la A a
la D, siendo la A la más eficiente y respetuosa con el medio ambiente y la D la
menos.
Aunque los electrodomésticos más eficientes suelen ser más caros, a la
larga compensa invertir en ellos por el ahorro de consumo en su vida útil que
suele ser de 10 a 15 años.
5.-El número de programas de lavado:
Los modelos actuales ofrecen cada vez más programas y ciclos especiales
de lavado en función del tipo de ropa y su grado de suciedad, y cada programa
contempla una temperatura y velocidad de centrifugado.
La realidad es que los usuarios acabamos usando dos o tres programas de
lavado básicos, con lo cual, se trata de extras que pueden encarecer el
producto.
6.-El nivel de ruido:
El ruido de una lavadora, sobre todo en las fases de llenado de agua y
finales de centrifugado, viene expresado en decibelios y se indica en la
etiqueta energética.
7.-El tipo de puerta y de filtro:
Muchos fabricantes están desarrollando puertas de amplio diámetro y
ángulo de giro, y filtros autolimpiables que hacen la vida más cómoda.
8.-El panel de mandos:
La mayoría de las lavadoras de alta gama incorporan controles
electrónicos y pantallas digitales.
Si tu presupuesto sólo da para un modelo de gama baja, opta por
uno con mandos manuales tradicionales ya que aunque los mandos electrónicos te brindan facilidad de manejo y su control es sencillo y completo, también son más delicados y caros de reparar.
9.-La seguridad:
La seguridad es otro aspecto importante: elige una lavadora con un
sistema de bloqueo automático de la puerta durante el funcionamiento y apertura
retardada.
Otras funciones que incluyen los modelos más recientes y que merece la
pena tener en cuenta son los sistemas AquaStop o Aqua-Alarm, basados en la
instalación de una toma de agua doble y un detector de fugas que bloquea
automáticamente la toma de agua en caso de producirse un escape o
desbordamiento, protegiendo de posibles inundaciones que, en el peor de los
casos, eliminarían el exceso de agua gracias al sistema de seguridad por
flotación.